A más de un año de iniciada la pandemia, vendedores de ropa típica del mercado Otomí de Temoaya se encuentran con ventas prácticamente nulas, aún con el cambio de semáforo epidemiológico en la entidad y el incremento de aforo en espacios cerrados.
Denunciaron que el mayor problema es la permanencia de las puertas cerradas, ya que de las cuatro puertas del mercado solo una permanece abierta y los clientes quedan con la impresión de que se encuentra cerrada.
«Pues nos ha ido muy mal, luego la presidenta municipal nos cierra todas las puertas, aunque no hay gente, nos cierra, no quiere abrir, y la gente piensa que está cerrado» afirmó una comerciante.
Refieren que la administración no hace caso a los representantes del mercado, ya que manifestaron su negativa ante la creación de un gimnasio de box al interior del mercado, por el cual se demolieron algunos locales y los trabajos de construcción les han traído dificultades.
«Vinieron a poner las arenas, el escombro que sacaron (…) un día no estaba tapado la arena, vinieron dos remolinos y me lleno de arena mi ropa como ya se imaginan un remolino (…) Yo les decía que esto -gimnasio de box- ya no lo hicieran aquí, que mejor se repararan los locales que habían tirado anteriormente para que se viera como un mercado”.
Denunciaron que otro de los factores por sus prácticamente nulas ventas es por los vendedores ambulantes de la calle principal.
“Y por decir aquí lo que nos afecta es que en toda la avenida principal están los vendedores –ambulantes- y por lógica, todos se van a la avenida principal”.
Entre los productos que se pueden encontrar en el Mercado Otomí destacan servilletas bordadas y no bordadas, fajas, chincuetes, chales, capas, quesquémil y la ropa tradicional de Temoaya; además de productos naturistas y materias primas para artesanías de tejido y bordado.
“Todos contamos con gel antibacterial y las recomendaciones de usar cubre-bocas”.