Para la Asociación de Estacionamientos, la ciudadanía se ha vuelto agresiva, se han presentado faltas de respeto, e incluso intentos de violencia entre los ciudadanos a partir de la suspensión de la aplicación de infracciones vehiculares que se ha aplazado todo el primer semestre del año.

Los ciudadanos han hecho el retiro de discos en los que se prohíbe estacionarse en ciertas avenidas, se estacionan en las entradas de viviendas y negocios, y hay una actitud de constante reto al conocer la imposibilidad que tienen los elementos de tránsito de aplicar una infracción.
Thelma Jacinto, presidenta de la Asociación de Estacionamientos del Valle De Toluca, señaló que es una situación que además de afectar económicamente a diferentes sectores ha generado descomposición social y una falta de respeto, aún más agravada hacia los elementos de tránsito.
“La gente responde mal yo creo que ahorita porque no hay infracciones están muy groseros y el riesgo que puede llegar a circunstancias como golpearte están los policías, pero no pueden hacer nada y los retan, a ver quítame si puedes”.
Las ocupaciones se mantienen entre el 20 y el 40 por ciento, y aun cuando se han registrado fechas importantes como el Día de las Madres, eventos deportivos y artísticos, las cifras se han mantenido muy por debajo de la normalidad.
Cristalazos, franeleros y ausencia de autoridad afectan a ciudadanos y comerciantes
La situación también tiene un reflejo en materia social, se han presentado cristalazos y golpes a las unidades que mantienen estacionadas en las diferentes avenidas, sin que pueda tenerse una respuesta positiva para quien resultó agraviado.
Uno de los problemas que, dijo, persiste es la presencia de franeleros en las inmediaciones del Teatro Morelos y el estadio Nemesio Diez, quienes incluso desinforman a la ciudadanía al asegurar que los estacionamientos están llenos, con el objetivo de disuadir a las personas de usarlos.
Finalmente, explicó que, además de las pérdidas, ha habido una falta de apoyo por parte de las autoridades, ya que no se cuenta con patrullajes ni presencia de elementos de seguridad que vigilen la zona y prevengan mayores complicaciones para la población.
Por el contrario, la ciudadanía se siente desprotegida y los comerciantes, que continúan cumpliendo con el pago de obligaciones y derechos, no reciben ningún respaldo.