A unos cuantos meses de la alternancia en el gobierno federal, el Gobierno del Estado de México reconoció que estos son tiempos que requerirán esfuerzos y nuevas formas de interlocución para adaptar la tarea de gobierno a un entorno distinto, donde se tendrá que evitar el camino fácil de la discusión y la confrontación estéril en todos los órdenes y niveles de gobierno y propiciar un nuevo modelo democrático para un país que está resuelto de origen a preservar su carácter plural.
Durante la Ceremonia de Conmemoración por el 104 aniversario de la firma de los Tratados de Teoloyucan, así lo afirmó el secretario técnico del gabinete, Eriko Flores quien reiteró que el destino democrático de México quedó establecido por el móvil Revolucionario de justicia social y por tanto se puede asumir que debido a la democracia es que se tiene alternancia y no que la alternancia genera por sí misma el arribo a la democracia.
Ante las muestras de civilidad política que ha manifestado el gobernador Alfredo Del Mazo en la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) y el ejercicio mismo de su responsabilidad reconociendo que la democracia es la máxima fortaleza de la sociedad mexicana, el orador recordó que la Constitución sigue siendo la máxima ley.
“Entender las reiteradas transformaciones de la vida política de México de sus leyes e instituciones solo es posible si se acepta que independientemente del régimen político la solidez de la Constitución es el dique que impide el autoritarismo y cualquier forma de exceso de poder” dijo.
Flores Pérez aseveró que es evidente que las condiciones actuales requieren nuevas reformas y acuerdos para una gobernabilidad que enfrenta una compleja composición de fuerzas en el Congreso de la Unión y a nivel de las entidades federativas, pero reiteró la invitación de no dejarse guiar por la discusión y confrontación entre autoridades.
A 104 años de la firma de estos tratados se recordó que tuvieron como esencia que la entrada de las fuerzas constitucionalistas a la Ciudad de México debía darse tan pronto se hubieran retirado los federales, de acuerdo al punto fijado entre José Refugio Velasco general en jefe del Ejército Federal y el general constitucionalista Álvaro Obregón y una vez ocupada la plaza se haría entrega de todos los cuerpos de policía que quedarían al servicio de las nuevas autoridades y gozarían de toda clase de garantías.
