Hace unos días, el Poder Judicial del Estado de México vivió un momento histórico en justicia familiar: la reintegración de un hijo a su padre, quien vivía albergado en el DIFEM. Este logro se alcanzó a través del Juzgado Especializado en Procedimientos de Adopción y Restitución Internacional de Menores del tribunal mexiquense.
Durante tres años, Dante vivió en un albergue del DIFEM, ya que el Estado se hizo cargo de su bienestar debido a la violencia ejercida por su madre. En tan solo seis meses, el juzgado permitió que este padre y su hijo se reunieran, desafiando prejuicios y estereotipos que asumen que la madre es la idónea para el cuidado de los infantes.
El reencuentro se llevó a cabo en una emotiva audiencia presidida por la jueza María de Lourdes Hernández Garduño, con la participación de las áreas de Psicología, Medicina, Pedagogía y Nutrición de la Procuraduría de Protección del Menor del DIFEM. Durante la audiencia, se informó del estado de Dante y, al término, la jueza entregó al niño a su padre biológico.
Esta acción judicial marca un precedente histórico en la entidad, recordando que tanto hombres como mujeres pueden solicitar la reunificación con sus hijos albergados. Desde su creación en agosto de 2018, este juzgado ha realizado varias reintegraciones, requiriendo que padres y madres cumplan con una serie de requisitos dentro del procedimiento Sumario de Conclusión de Patria Potestad, exclusivo del Estado de México.
Esta historia establece un precedente para otros padres en situaciones similares, destacando que no solo las madres luchan por sus hijos. Jesús se acercó al juzgado, recibió apoyo y obtuvo una respuesta satisfactoria. “Es momento para la construcción de las nuevas masculinidades en la sociedad. El reencuentro de Jesús y Dante es ejemplo de paternidades renovadas”, expresó el Magistrado Ricardo Sodi Cuellar, Presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México.
