La mayor parte de las armas de fuego confiscadas en el Estado de México al narcotráfico o crimen organizado son fabricadas en Estados Unidos o Irak afirmó Pedro Guevara Pérez, delegado de la Procuraduría General de la República.
En tanto que el mayor flujo ilícito se da en la frontera entre México y la Unión Americana. En cada aseguramiento de armas de fuego, la investigación se basa en enviar a oficinas centrales de PGR toda la información del artefacto requisado para que se haga un rastreo que determine su origen y cómo fue introducido al país.
“Por otro lado, siempre se obtienen elementos testigos, es decir, se hace un par de disparos para recuperar el casquillo y la ojiva para hacer comparativos en el banco de datos de PGR, a nivel central, para ver si esa arma de fuego ha estado involucrada en algún otro evento delictivo.
“Son dos diligencias que invariablemente se tienen que llevar a cabo con toda arma de fuego que es asegurada y en ese tenor hemos encontrado diferente armamento que proviene del extranjero, porque en México es muy poco lo que se llega a fabricar y corresponde a otras instancias de la procuraduría, ver la cuestión relativa al tráfico de armamento”.