Mueren lagunas del río Lerma: experta

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La vida humana en la zona lacustre del Alto Lerma, en lo que hoy son los municipios de San Mateo Atenco, Santa Cruz Atizapán, Lerma, Almoloya, San Antonio la Isla y otros que los rodean, solo se puede explicar por la riqueza productiva de las ciénegas, con las tres famosas lagunas atravesadas por el río que llega hasta el lago de Chapala, en Jalisco, y que desde hace cincuenta años viven amenazadas por el crecimiento urbano e industrial, la contaminación y la extracción de agua.

Yoko Sugiura Yamamoto, profesora-investigadora asociada de El Colegio Mexiquense (Foto: Especial).

Una historia «larguísima», que puede datarse desde el año 600 d. C, cuando menos, está en riesgo si no se logran conjuntar los esfuerzos de la sociedad civil y los gobiernos para detener el daño ecológico, se dijo en la conferencia «La convivencia con las ciénegas. Identidad de los pueblos lacustres del Alto Lerma», que ofreció la arqueóloga Yoko Sugiura Yamamoto, profesora-investigadora asociada de El Colegio Mexiquense, en la casa de cultura sor Juana Inés de la Cruz de San Mateo Atenco.

En la tercera sesión del ciclo organizado por la institución, a través del Centro de Documentación de las Culturas Lacustres del Alto Lerma, y el ayuntamiento de San Mateo Atenco, la reconocida estudiosa hizo el repaso de milenio y medio de relación entre las poblaciones y las ciénegas, habló de las excavaciones realizadas en varios sitios y de los hallazgos que incluyen cerámica, entierros -incluidos los de niños posiblemente sacrificados ritualmente al dios del agua- y emplazamientos de viviendas y espacios públicos construidos en el centro de las lagunas.

Sugiura Yamamoto abordó la relación que se dio entre los pobladores de los valles de Toluca y de México al finalizar el periodo Clásico, en el esplendor de Teotihuacan, hace 1500 años, y en especial detalló aspectos de la caza, la pesca y la siembra, sobre todo de maíz, actividades que producían alimentos para los pueblos de la zona y los de otras partes del centro de México, así como de la vida religiosa y cultural de los pueblos cuya existencia cotidiana era posible por las ciénegas.

La líder del proyecto arqueológico Valle de Toluca, que ha trabajado en la zona lacustre desde hace más de cuatro décadas, charló con pobladores de varios municipios que se dieron cita en la sesión, en particular adultos mayores, con quienes intercambió información, de tal manera que en la charla se habló lo mismo de la caza de venados y patos, la pesca de ranas, acociles y pescaditos, la cosecha de papas del agua, los usos y la manera de transportar el tule, de canoas, trajineras, canoítas, así como de matlas, chinchorros y fisgas, y también de petates, comercio y vida cotidiana.

Sobre todo a partir de los noventa del siglo pasado, el deterioro ambiental de las ciénegas se agravó, pero hoy -quedó de manifiesto con las participaciones de los asistentes- la participación de asociaciones civiles y ambientales señala la urgencia del rescate ecológico de la zona lacustre, detener la expansión de la mancha urbana y contener la descarga de desechos que en unos pocos kilómetros a partir de su nacimiento deteriora gravemente el río Lerma.

La relación con la ciénegas, dijo Sugiura Yamamoto, dio sentido a la identidad de la gente incluso hasta el siglo XX, pues había una convivencia con las ciénegas, en una relación con la naturaleza que permitía sostener al vida humana, al tiempo que insistió en su llamado a detener la destrucción de vestigios arqueológicos que ha borrado una parte de la historia prehispánica, incluida la posibilidad de definir la organización social de los pueblos, cuya raíz era otomana.

En la charla estuvieron presentes investigadoras de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Lerma que invitaron a participar en el concurso «Cuéntame de la ciénega» con textos narrativos sobre leyendas, tradiciones, gastronomía, recursos naturales y /o modo de vida lacustre, cuya convocatoria está disponible en http://www.ler.uam.mx

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