No falta ser un experto para darse cuenta que la atención a la salud en México está fuera de orden y control. Existen dos grandes rubros en los que nos podemos dar cuenta que las cosas no están bien: las instancias tradicionales que prestan el servicio, IMSS e Issste siguen sin darse abasto en atención médica y medicamentos, en tanto que el Insabi o Instituto de Salud para el Bienestar promovido por el actual gobierno federal no acaba de ser definido en cuando a operatividad y costo para los pacientes, a más de que persisten estados donde los gobernadores se niegan a desaparecer el Seguro Popular.
La otra parte es la industria de los medicamentos junto con los distribuidores y farmacias. Hoy podemos ver el disparate de establecimientos de atención médica en las principales calles de las ciudades sin una supervisión o garantía de funcionamiento.
A esto hay que agregar a la automedicación como práctica arraigada entre los mexicanos.
Hablamos pues de la salud, lo fundamental en el ser humano; su existencia y bienestar. La salud es parte de la riqueza de una nación.
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