En el marco de la conmemoración de Octubre Rosa, mes dedicado a la sensibilización y prevención del cáncer de mama, Juan Manuel Medina Castro, cirujano oncólogo profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), subrayó la gravedad de este padecimiento como un problema de salud pública en el país, ya que es la principal causa de muerte por cáncer en mujeres en México.

Medina Castro explicó que el cáncer de mama se origina cuando las células del tejido mamario crecen de manera descontrolada y anómala. «Estas células no siguen los procesos naturales del cuerpo. Crecen más rápido de lo habitual y no mueren cuando deberían, lo que provoca daño al órgano afectado. En etapas avanzadas, el cáncer puede diseminarse a otras partes del cuerpo, lo que se conoce como metástasis», detalló el experto.
En cuanto a los factores de riesgo, Medina Castro destacó que, además del estilo de vida, la genética juega un papel importante, aunque en menor medida. Un antecedente familiar de cáncer de mama es un factor clave para iniciar con la detección temprana.
«No existe un solo factor que cause la enfermedad. Lo que comemos, cómo vivimos, todo influye. Por ello, la realización de estudios de detección como la mastografía y el ultrasonido mamario son fundamentales. Detectar la enfermedad a tiempo mejora significativamente las probabilidades de éxito del tratamiento», enfatizó.
De acuerdo con la Norma Oficial Mexicana, se recomienda que las mujeres inicien las mastografías a partir de los 40 años; sin embargo, si existen antecedentes familiares de cáncer de mama, es recomendable comenzar 10 años antes de la edad en la que se diagnosticó al familiar afectado. «Esto puede incrementar las posibilidades de curación hasta en 95-98%», recalcó.
El experto universitario abundó que en la actualidad, el tratamiento del cáncer de mama se basa en cuatro pilares: cirugía, radioterapia, quimioterapia y hormonoterapia. El enfoque y la combinación de estos tratamientos dependerán del tipo de cáncer y de su etapa de diagnóstico, lo que refuerza la importancia de una detección oportuna.
Medina Castro también abordó el impacto emocional de recibir una sospecha o diagnóstico de cáncer de mama, señalando que, aunque muchas de las lesiones detectadas son benignas, alrededor de 30 por ciento podrían ser cáncer. «Realizar estudios de imagen y biopsias en tiempo y forma es esencial para identificar la enfermedad de manera oportuna», añadió.
«Las pacientes saben cómo revisarse, pero el miedo muchas veces las detiene. Muchas posponen la revisión y cuando finalmente se hacen los estudios, ya es demasiado tarde. Hay que perder el miedo, porque ese miedo podría costar la vida», advirtió.
Por otra parte, refirió que aunque es menos frecuente, el cáncer de mama también afecta a hombres, representando alrededor de 1% de los casos. En estos casos, la detección es más fácil, debido a la ausencia de tejido graso. «Es vital que los hombres también se revisen, ya que el cáncer de mama no es exclusivo de las mujeres», dijo.
Finalmente, Juan Manuel Medina Castro hizo un llamado a la comunidad universitaria y a la sociedad en general a tomar responsabilidad en la difusión de información sobre el cáncer de mama, así como fomentar prácticas de prevención. «Compartir conocimiento y tomar acción puede salvar muchas vidas», concluyó.